miércoles, 21 de septiembre de 2016

Verdadera Independencia. Obra teatral en un acto.

Verdadera independencia.
Andi está grande ya. Cumplió los 28, pero todavía no consiguió su primer trabajo. No lo buscó tanto tampoco. Se compró el diario dos lunes y como no vio nada ahí, dio por terminada la búsqueda. Hasta hace poco vivía con sus padres, pero hace unos días se fue a vivir solo.

Su mamá Adriana lo proteje un poco, es cierto. También es verdad que la abuela, su “nona”, siempre le resuelve las cosas poniendo peso sobre peso de su jubilación. Oscar está un poco harto de los manejos de su hijo… Pero hoy sí, hoy sí aprenderá qué es la verdadera independencia… hoy sí que va a explotar la bomba…


Verdadera independencia

Oscar:
¿Otra vez acá? ¿A qué hora se fue éste anoche?
Abuela:
(con acento italiano) ¿Ieri ? ¿Anotte? A la una…
Oscar:
Che, vos, ¿no te habías ido a vivir solo? ¿No vas a festejar hasta una despedida?
Abuela:
Sí, ¡qué linda la despedida… La nonna te fa Pizza, sanguchitos, torta…
Oscar:
Suegra, le va a tener que hacer Fernet, Whisky, Champagne… ¡Qué linda la despedida! (imitando la voz de la abuela) ¡Y todo comprado con mi platita…
Adriana:
¡Nene! ¿Cómo dormiste? ¿Tuviste frío?
Andy:
Mami, mamita… ¡Cómo te extrañé! ¿Sabés lo terrible que es estar solo a la noche? ¿Esperar que venga el sueño? Y… tuve un poco de frío…
Adriana:
¿Viste? (A Oscar) Te dije que tenemos que comprarle un calefactor… Es lo que pasa, si tenés frío, no podés conciliar el sueño…
Oscar:
Pero no era el frío, Adriana. ¡No era eso! No se podía dormir el bebé porque nadie le contaba el cuentito ni le daba el beso de buenas noches…¡pobrecito!
(Andy lo mira indiferente)
Abuela:
Nipotino, ¿en serio no te podía dormireno? ¡Straniavi lo cuentito de la nonna!
Oscar:
¿Extrañaba los cuentos de la abuela? ¡Pero tiene 28 años, suegra!
Andy:
¡Papá, uno nunca deja de ser un niño en el corazón! (Le toma la mano a la Abuela y pone cara de comprador) Yo siempre extraño tus mimos, abu… (Se acerca, se arrodilla a sus pies y apoya la cabeza en el regazo de la abuela) Rascame los piguyis… (La abuela le rasca la cabeza, y él, sin levantarla del todo)¿Te acordás cuando me sacabas los piguyis? ¡Lo que gastabas en productos para curarme de los piojos que traía de la escuela!
Abuela:
No, a lo primero, nene, probamos con el vinagre, con el palo santo, los ahogamos en vaselina… pero nada…
Andy:
Sí, y después gastaste mucho en la farmacia para intentarlo con mil productos distintos. Y una vez que se iban, zás, volvía lleno de nuevo…
(La abuela se ríe nostálgica)
Andy:
Pero ahora no gastás nada en eso… ¿no está bueno lo que te hago ahorrar ahora?
Oscar:
Ahí vamos de nuevo… Se viene se viene… ¿Qué le va a pedir ahora?
(Andy lo mira con una mirada fulminante, muy distinta a la dulzura con que trata a la Abuela y a la madre)
Andy:
Abuelita… estoy preocupado…  (Baja la cabeza, y el parlamento no es escucha) Necesito plata.
Abuela:
¿Qué, nene?
Andy:
Que necesito plata… Hoy es 4, ¿vos ya cobraste la jubilación?
Oscar:
Ya está. Ya la abrocha de nuevo…
Andy:
Porque esta vez es algo muy importante, abu…
Abuela:
(Cambia el tono y parece ponerse firme) ¿Te metiste en problemas, chiquito?
Andy:
No, abu. No es eso. Cuando escuches para qué la necesito… te vas a poner muy orgullosa. Es que voy a estudiar. Para piloto de avión.
Abuela:
(Fascinada) Ay, nene…
Andy:
Sí, nonita, pero el problema es que me piden 8 mil dólares para hacer el curso de vuelo… (Te lo piden en dólares!) Imaginate que hay que hacerlo sí o sí… después uno tiene una gran responsabilidad… tiene que transportar a los pasajeros y su vida está en tus manos, ¿lo entendés, abu?
Abuela:
Sí, querido, claro. Hay que hacerlo…
Andy:
Por eso, sólo por eso, me atrevo a pedírtelo…
Oscar:
¡Sólo por eso! ¡Sólo por eso le pidió los siete mil para el pasaje que lo llevaría a Francia para unirse a la Legión Extranjera y puff, todo se frustó porque… ¿por qué era? ¿Y cuando ya se iba para África para alistarse entre los Médicos sin fronteras?
Andy:
Papi, ¿otra vez con eso?
Oscar
¿No le dijo, suegra, que estudiaría allí con ellos para después venir a rendir acá. ¡La plata para tres viajes le sacó! Y finalmente no fue: resulta que le pidieron a último momento el requisito de ser médico antes de partir… ja!
Andy
Abu, vos escúchame a mí… es importante.
(Entra la madre, con una pila de ropa limpia y planchada)
Adriana
Aquí tenés, Andy. Todo limpio y planchadito
Andy
(Abrazándolo) Mami… ¿qué haría sin vos?
Abuela
Sono le cíncue, vado a vedere la novela…Peró, aspetta, bambino que voy a buscareno la platita (Se levanta con dificultad y sale)
Adriana
(A Oscar) Te trajeron el taxi. ¿Te preparo una vianda para llevarte?
Oscar
No, está bien, salgo ya. Espero tener más recaudación hoy, porque si éste le va a sacar guita a tu madre alguien le va a tener que pagar sus gastos. (A Adriana aparte) Y lo de pagarle los impuestos, ni lo sueñes…  (Sale)
Adriana
A vos, mi amor, ¿te preparo algo?
Andy
Dale. Una milanga con fritas y… si no te cansás demasiado, ponele dos huevitos fritos encima!
(Sale Adriana. Queda Andy solo y saca el teléfono. Hace que marca)
Sí, ¿qué hacés? (silencio) Bueno, ya está. Tengo la guita. (pausa) Eh? ¿Cuánto? (pausa) ¿Por qué tanto más? (Pausa) Bueno, veo qué hago… Pero si no, saquemos lo de la espuma… (Pausa) Sí, tenés razón, lo bueno de las fiestas de espuma es que a las chicas cuando están mojadas se les pega la ropa. Sí, hagámosla igual. Le pido la tarjeta a mi vieja y después veo…
Abuela
Nene, ¡acá estás! La nonna está muy triste. Plata, non ché piú. Tenebo una cajetina col un dibuquino de un leone, lí, nel cuarto… Peró, no tiene piú biglietti…
Andy
No te entiendo, abuelita
Abuela
¿Non capiyi? Sémpliche. ¿Plata, no hay más! ¿Capishi ahora?
Andy
¿Cómo, abuela? ¡Qué decepción! ¿Qué pasó con tu dinero, pensión en euros?
Abuela
No lo só, nipotino. A vece me falla la memoria. Pero non ti procupare… Dío sabe lo que hace.
Andy
Hola (pausa) Sí, de nuevo yo. Escuchame… Nada de espuma. (Pausa) Vos haceme caso… ¿Y si en cambio de hacer sushi, hacemos unos canapecitos de… qué se yo, de cualquier cosa? (Pausa) Sí, es cierto. A las minas les cabe más lo light, pero qué importa… si hay bebida a nadie le importa la comida… (Pausa más larga. Dudoso)Sí, sí. Puede ser. Bueno, lo vemos.
(Entra Oscar como una tromba, lo agarra de la remera y pretende levantarlo a la fuerza)
Oscar
Oíme, pedazo de zángano… ¿Vos te mamaste? ¿Cómo se te ocurre gastar en la tarjeta 16 mil pesos? (Lo ahorca)
Andy
Papito, no seas cuel. Dame la oportunidad de una legítima defensa…
Oscar
¡Atorrante! ¿Y ahora me hablás como un abogado? ¡Te voy a matar! ¡Dame ya mismo la tarjeta… (Andy saca la tarjeta) ¡Mirá qué hago con tu tarjeta, descerebrado! (Corta la tarjeta) A ver qué piola sos sin crédito, mamerto… (sale enardecido)
(Entra  Adriana con la comida. Se sienta a verlo comer. Él come, ella le habla. Sale la abuela)
Adriana
Andy, hijo mío, tenemos que hablar…
Andy
Sí, sí, mami, después hablamos. Ahora necesito llamar a un amigo… (Le hace señas para que salga. Ella lo mira molesta y le quita el teléfono de la mano)
Adriana
A ver, nene, te estoy hablando en serio… Oíme. Yo estoy contenta de que finalmente te hayas ido a vivir solo. Pero, la independencia, querido… la independencia es otra cosa.
Andy
Ah, mami, estuvimos toda la mañana con los festejos de la Independencia, ¿todavía te quedan ganas de hablar del bicentenario?
Adriana
No, querido, no te hablaba de la Independencia de la Patria, en realidad. Pero no es tan diferente… Fijate… vos te alquilaste el departamentito, muy lindo, amuebladito… pero ¿pagaste los impuestos?
Andy
¡Obvio! Me los pagó papá. ¿O no? Ayer fue al banco…
Adriana
Precisamente de eso quería hablarte… ¿No te parece que tendrías que pagarlos vos?
Andy
¿Para qué, ma?
            Adriana
¿Cómo, para qué? ¿Vos no querés libertad? ¿No querés poder hacer y deshacer sin preguntarle a         nadie?
Andy
Ya lo hago, ma… ¡Soy completamente libre e independiente…
Abuela
(Entra caminando despacito) Querida, acá llegó un señor que nos reclama el pago de una cuenta de… ¿papel picado y matracas? ¿Puede ser?
Adriana
(Lo mira indignada a Andy. Toma aire y se arremanga)
Escuchame una cosa… ¿Así que sos libre e independiente? ¿Sabés qué? Ya que sos libre e independiente, traé acá eso… (Le saca el plato de comida y él se queda con el tenedor en el aire) Sale con el plato. (Él queda congelado en esa postura con el tenedor en el aire. Vuelve a entrar Adriana.) Y dame esto. (se lleva la pila de ropa limpia y planchada. Amaga a salir y antes de hacerlo, se detiene) A ver qué tan independiente sos. Yo que vos, uso esa libertad de hacer lo que querés sin preguntarle a nadie y me voy derechito a buscar un trabajo… (le tira un diario por la cabeza).
Voz en off
Festejos del bicentenario. El 9 de julio de 1816 los hombres de esta tierra conquistaron para siempre  la independencia. Rompieron definitivamente las cadenas de las dependencias y por fin se hicieron dueños de su destino. ¡Libres!
Andy
(Toma el teléfono) Hola, Topo… ¿Qué hacés? Che, me parece que lo de la fiesta… lo tendríamos que dejar para más adelante… (Pausa) No, no, la semana que viene tampoco… Un poco más adelante… Yo te aviso cuándo. (Pausa) Sí, está bien. (Pausa) Che, ¿no sabés de alguien que necesite que le corten el pasto? (Pausa) Bué. Ta bien. Si sabés de alguna changuita, chiflame… (Desanimado) Sí, sí, para vos también, feliz día de la Patria!